domingo, 30 de abril de 2017

Suicidio Social

La realidad se compone de manera subversiva. Irrumpe sobre lo real y se configura en un entramado, una mezcla de sentidos.
El golpe que impulsa al vacío viene ante la irrupción de lo real. Justo en el instante en el que aquello primitivo toma al sujeto, a la sociedad o al fragmento de seres y desgarra  las conformaciones sublimadas, hechas de renuncias en pos de beneficios colectivos.
La violencia del odio, la envidia, o el maltrato se esconden detrás de los actos cotidianos que se naturalizan detrás de una certeza irrenunciable.
El sometimiento de las voces imperantes logran un borramiento de susurros que intentan hablar para enfrentar la masa. Para vencer las ataduras de aquellos acuerdos implícitos con el feroz mandato epocal.
Robar, matar, violar, silenciar, acosar, abusar, exceder, dañar, dejar de amar. Son las causas del retorno del vacío. Son el vacío escondido detrás de las causas. Son versiones del abismo donde se precipitan la creatividad y el arte.
Y aquellos que sienten el miedo corriendo por cada órgano son las victimas de lo indecible, y de la muerte, aun cuando aun perduran las palpitaciones y la respiración.
¿Hasta donde va a llegar nuestra inacción? Hasta que en el juego de poder, recuperemos ese que nos pertenece. El que con caridad, subastamos por un poco de inclusión.
Sin decisión todo sujeto, se sujeta mas al amo.
Esa penumbra interior que hace temblar los cuerpos, haciéndolos llorar, desconocer los porqués y quedar en silencio, es la angustia, aquel motor que no dejamos arrancar para inyectarnos sonrisas rotas que hablaran de muertes silenciadas.
El acto heroico que salva la tierra es el ideal construido por diversos mitos. No intento abogar por su consecución. Solo intento interrogar lo que nos hacen, lo que nos dicen los Decires supremos que hoy recorren nuestro ser. Aquellos que nos hace contemplar las cosas en particulares perspectivas.
Ante el robo de la vida es preciso, robar la injusticia a aquel que intenta quedar impune. Logrando subjetivar lo que se fracturo con el abuso de poder, con la violencia del débil, con la alegría del perverso puesta a favor del dolor.
El contraataque siempre sera un símbolo que constituya una metáfora justo allí donde ardía el fuego mortificante del suicidio social, aquel configurado por goces que matan a una nación, a las tierras y a lo hondo del alma humana.
Sin creer que existe un cambio, vendemos la fe por la obediencia ante el "Dios negro" que solo intenta quitarnos las causas para elegir en que creer.




domingo, 23 de abril de 2017

Acto puro.

Cuanta confusión con respecto a los actos.
Actuar es una decisión, pero pocas veces se encuentra libre de ataduras.
Ataduras al pasado, uno que no ha sido historizado y se repite en forma brusca, casi mágica, en los días.
...un momento...
¿Es un logro estar aquí o fue una consecuencia de saltos repetitivos que desafían el tiempo?
¿Es casual o es causal?
Aún en la incertidumbre, es necesario el acto puro. Que remite a un "mas allá" de los fantasmas que sueñan y piensan.
El acto puro es la invención. El comprender que todos los elementos de una pintura se aprecian en su particularidad. Esos elementos son los que recubren la unidad y lo indiferenciado con la distinción de lo nuevo, lo singular, aquello que perdura solo si confronta a lo real.
No hay nada nuevo en tu ausencia cavilante. En la lejanía de la fantasía que describe deseos, esos mismos que no pueden realizarse sino en sueños.
Acto puro es en si mismo un reencuentro con la vida que siempre es nueva aunque inventamos el modo de que parezca siempre igual, sistematizando elementos para que las horas sean las cárceles que tememos abandonar.
Acto puro es realizar lo que las palabras poco pueden contornear aquellos huecos que han roto ese interior desconocido pero siempre parlanchín.
Sin efecto me han dejado, los amores que se caen del deseo de realizar. O realizando en otros tiempos los deseos de los que solíamos hablar.
El efecto siempre vuelve gracias al sueño hecho acto revestido de palabra hecha verdad.

martes, 11 de abril de 2017

Vuelta sobre sí.

Detrás de una duda -y junto con su revolución- existe la libertad del Ser.
Impulso intempestivo que orienta a la novedad.
¿La finitud humana se inmortaliza?
La muerte es un irremediable acontecer para los seres habitantes de esta Tierra. Pero... ¿Cómo opera el tiempo a través de ella? Pareciera no tener sentido pensar siquiera en esta cuestión.
Romper la lógica tradicional implica un contrasentido.
Si desconocemos la posibilidad de un tiempo fuera de la vida ¿como es posible identificar que siempre hemos vivido?
Para mayor claridad ¿qué de nuestro tiempo nos certifica la vida?
Quizás la repuesta sea nuestra condición de humanidad que, percibe solo las versiones animadas que habitan un espacio, y entierra los finales tras el velo de un ritual.
Existir y vivir son un complemento que vela lo real, aquel impulso, hacia -muchas veces- una instancia límite. Empuje a un más allá de la regla, habitualmente llamado exceso.
Un "sin mas" que provoca angustia:
Sin más decir...
Sin más amar...
Sin más vivir...
Reproducciones, vacíos y pérdida.
Esto nos remite a una reflexión fundamental ¿Cuantas modalidades de vida atraviesan la existencia?
¿Que advertimos en nuestro actuar y que olvidamos?
Las molestias o incomodidades que generan las diferencias, los espacios, las pausas y discontinuidades, nos remiten a un estereotipado ordenamiento de lo social en lo interior. Sistema que nos hace hablar antes de que nos interroguemos acerca de lo que decimos,
Interrogarse. No hay naturaleza en ello. Observar con asombro, o escuchar con atención es algo que parece surgir ante lo extraño, pero cuestionarse, es un salto en la razón. Es abrir una brecha en donde se crea la duda por aquello que captamos en el entorno. Es conectarse con la novedad, y no de forma pasiva.
Sin embargo, me remito a una inquietud: ¿Quien habrá inventado la primer pregunta?
Quizás aquel que escucho el ruido detrás del orden lingüístico, quizás aquel que se distanció de su actualidad para inspeccionar lo extraño que es pensar, siendo que pensamos casi sin consentir esas voces que nos hablan desde las profundidades cercanas que nos habitan,
Pensar es conocer, si logramos escuchar la "voz núcleo" que origina lo que conocemos como ideas.



lunes, 3 de abril de 2017

Preguntas y metáforas

El conocimiento se halla agazapado entre las manifiestas intenciones de saber o explorar aquello sin nombre, y la pregunta.
Deseo e interrogantes.
Saber, sin embargo, no implica solo nombrar, sino transformar "sujeciones".
Los postulados que no remiten a la duda, abren camino a la contemplación de un sujeto.Entrampado o sujetado por la historia que le dió forma. Estos "saberes ciertos" -por su aspecto de certezas- invitan a la reflexión del filósofo y del poeta a emprender su viaje creativo. Lleno de preguntas y metáforas.
Es por ello que el tiempo es tambien sujeto. Remite siempre a un orden y a un convenio para estipular modos de humanidad.
Y detrás de ello ¿que? Lo abstracto (y por ello contemporáneo) de la existencia que solo puede simbolizarse en producciones subjetivas. De sociedades sujetas a leyes, sujetas a principios, sujetos al origen, sujeto a la vida misma que interpela desde lo real a lo establecido por "sentidos y verdades" que conforman (y esconden) una historia particular, la cual cada tanto se revela en la invención.
¿Que es crear sino revelar la historia? Foucault lo sabía explicitar quizás mejor, cuando hablaba del esfuerzo arqueológico de conocer el orden que habita a las palabras y las cosas.
Hoy, tras capas de historia y evoluciones epistemológicas y artísticas, seguimos transitando sobre nuevos desafíos que remiten a lo arcaico del hombre, no como concepto, sino como ser. Siempre en búsqueda de lo que no comprende, contradictorio por ser un fenómeno que sorprende a la ciencia y trasciende las experiencia. ¿Qué es el hombre en si mismo? ¿Qué era antes de nombrarse como tal?
Quizás solo desde la heterotopía podamos responder sobre nuestras raíces. El problema radica cuando dejamos de indagarlas.