martes, 11 de abril de 2017

Vuelta sobre sí.

Detrás de una duda -y junto con su revolución- existe la libertad del Ser.
Impulso intempestivo que orienta a la novedad.
¿La finitud humana se inmortaliza?
La muerte es un irremediable acontecer para los seres habitantes de esta Tierra. Pero... ¿Cómo opera el tiempo a través de ella? Pareciera no tener sentido pensar siquiera en esta cuestión.
Romper la lógica tradicional implica un contrasentido.
Si desconocemos la posibilidad de un tiempo fuera de la vida ¿como es posible identificar que siempre hemos vivido?
Para mayor claridad ¿qué de nuestro tiempo nos certifica la vida?
Quizás la repuesta sea nuestra condición de humanidad que, percibe solo las versiones animadas que habitan un espacio, y entierra los finales tras el velo de un ritual.
Existir y vivir son un complemento que vela lo real, aquel impulso, hacia -muchas veces- una instancia límite. Empuje a un más allá de la regla, habitualmente llamado exceso.
Un "sin mas" que provoca angustia:
Sin más decir...
Sin más amar...
Sin más vivir...
Reproducciones, vacíos y pérdida.
Esto nos remite a una reflexión fundamental ¿Cuantas modalidades de vida atraviesan la existencia?
¿Que advertimos en nuestro actuar y que olvidamos?
Las molestias o incomodidades que generan las diferencias, los espacios, las pausas y discontinuidades, nos remiten a un estereotipado ordenamiento de lo social en lo interior. Sistema que nos hace hablar antes de que nos interroguemos acerca de lo que decimos,
Interrogarse. No hay naturaleza en ello. Observar con asombro, o escuchar con atención es algo que parece surgir ante lo extraño, pero cuestionarse, es un salto en la razón. Es abrir una brecha en donde se crea la duda por aquello que captamos en el entorno. Es conectarse con la novedad, y no de forma pasiva.
Sin embargo, me remito a una inquietud: ¿Quien habrá inventado la primer pregunta?
Quizás aquel que escucho el ruido detrás del orden lingüístico, quizás aquel que se distanció de su actualidad para inspeccionar lo extraño que es pensar, siendo que pensamos casi sin consentir esas voces que nos hablan desde las profundidades cercanas que nos habitan,
Pensar es conocer, si logramos escuchar la "voz núcleo" que origina lo que conocemos como ideas.



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