miércoles, 15 de febrero de 2017

Compulsión a la repetición (El valioso invento de Freud que vive en nuestras letras)

La pregunta constante sentencia y erosiona la razón.
¿A dónde y cómo mas debería Ser?
Detrás de las causas se hallan los amores.

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Si despertar fuera fácil, nadie tendría miedo de no hacerlo.
No hay razones para permanecer pero existen las necesarias para irnos. Siempre así, es el salto al abismo.

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"Los atardecer sin contemplarse jamás existieron", podría decirle el hombre al cielo. Cuanto egoísmo detrás del deseo.
No siempre detenerse es dejar de avanzar.

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Cuando nos alcanza el miedo, ¿Lo deseábamos o necesitábamos?
Depende de la acción que sostenemos justo en el momento de entrar en pánico.
Desconectados por lo irracional volvemos al vacío que perjuramos no repetir.
Es que esa irracionalidad viene a hablarnos de lo que anhelamos y no somos capaces de construir

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Que pase la vida y el tiempo pero que no pase un segundo sin buscar de nuevo el amor.