lunes, 9 de julio de 2018

Desatino

Rompo, quiebro y flagelo
las alas de la memoria
No es visible lo que acontece.
¿Estoy siendo?
Aporía irresoluble.
Te pienso innumerables veces
que ya siento no pensarte,
sino pensar a través de tu imagen.
Silueta frágil que es y a la vez parece aquello lejano y próximo que angustia.
Ciclo sin fin del hecho sin texto.
Círculo de vicio o espiral a destiempo.
Ojalá que tu presencia no remita a lo secreto, ojala que mi vivencia cause un brillo en tu silencio.
Lo imposible se vuelve mediato y reverberan las voces que me instan a seguir.
Aquello que busco no tiene nombre, quizás entonces, sé de que trata pero enlazarlo a palabras le da estatuto viviente.
Vive aquello que ya era de otra forma.
Vive lo que ha sido y no puede dejar de hacerse presente.
Aquello intermedio entre dos nombres posibles o polos cargados de sentido. El medio es lo incierto.
No hay fin para el medio. Y la angustia asedia.
Su dirección es la creación.
Ahora pinto lo que rompo, canto cuando quiebro, y escribo ante flagelos.

viernes, 6 de julio de 2018

¡Ay!

Calla mi sombra entre recónditos lugares.
Ya no bailo, ni recreo gestos de alegría,
sin antes al menos sentir con-moción.
Otros y sus pasos, sus huellas y sonidos.
Otros ajenos que que no impactan sino con pactos.
Reglas de como jugar mientras se vive,
desgarrando el alma al decidir y despidiendo cuerpos que se abandonan.
'Mutar y existir'  como fantasía en una vida donde lo mismo se repite, disfrazado de escenarios contrapuestos.
Y al cerrar los ojos. Nadie se ha movido.
Las pausas son lógicas. Poco tienen que ver con el reloj que construimos para calcular lo que se escapa.
Es el acto nunca el tiempo el que marca un movimiento.
Ya no se quien habla entre estos dichos. Ya no se quien habla entre restos.
Ya nos se quien habla, entre.
Ya no se quien alba.
Ya no se quieren.
Ya no es.
Ya no?
¡Ay!



martes, 3 de julio de 2018

Entre los huecos del Ser

Entre tus manos, refugios.
En los silencios, ausencias.
La lluvia alimenta un deseo,
que vive en los ojos de nadie.
Pausas. Risas. Un verso.
Entre tus ojos, la pérdida.
En los silencios, presencias.

sábado, 23 de junio de 2018

Tiempo y cuerpo

Lo efímero y lo eterno son dos formas de nombrar las marcas en el cuerpo.
Marcas que modelan las miradas, las sonrisas y los secretos.
La esencia de una historia que no se cuenta más que como trágica, como loca y como escasa.
La esencia del tiempo se escapa en un suspiro.
La música cuenta los versos que le faltan al poeta. Cerca para el abismo lleno de voces que golpean al silencio.
La garantía de vivir, inexistente y fantaseada, es convocada ingenuamente en cada promesa.
Promesas siempre renovadas en el nombre de amor.
Y el amor, como tal sólo fluye entre las grietas, los deslices, y las sombras. Esas que hablan del ser y la verdad.


martes, 5 de junio de 2018

Mirar (nos)

En los efectos de una mirada inesperada puede un cuerpo mutar y ser otro.
Pero Ser.
Ser con ese ritmo acelerado en un pulso que interpela la voluntad.
Las miradas, de a dos.
Muchos entes entramados en ese silencio. Pero miradas, de a dos. 
¿Quién
mira?
¿Quién es mirado?
¿Quién se hace mirar?
....

La pasión sin tiempo, se escabulle en lo cotidiano, algunas veces con amor, y otras (muchas) con su envés, el horror.


sábado, 14 de abril de 2018

Colores.

Las palabras que marcan permiten la escritura.
Mi letra retumba en tus oídos mientras tu mirada fría y distante duda de mi voz.
No puedes saber qué tanto soy mientras existo.
Quizás mi nombre se llene de valor cuando sea lo único de mí que exista en este mundo.
Sin embargo me atrevo a vivir el riesgo y el vacío de enfrentarme ante mis dudas (que quizás también sean las tuyas)
¿Podré quizás atravesar un alma en el intento?
Tus labios cambian de color para enmarcar una sonrisa.
Las luces de mi cuerpo erógeno se encienden y alumbran la sombra que hasta ahora proyectaba.
Quizás las palabras se han transformado en vida. Achicando los miedos y aclarando los sonidos.
No te atrevas a olvidar que mi existencia tuvo causa y que por ello hoy deseo hacer de este tiempo una pintura.
Mis colores son del viento, ese que mueve mi deseo haciéndome correr tras él.
Correré aunque me pierda hasta que escuche el último suspiro...
...El de mi cuerpo agradeciendo lo sentido.
...o el de tu boca cuando ya no recuerde mis besos.

viernes, 2 de febrero de 2018

El riesgo de vivir.

Las elecciones y el alma se dejan ver a través del acto.
Puedo dilucidar nuevos sentires en la contradicción del temor ante lo que más he deseado.
No es una simple metáfora pensar en las dos caras de una moneda. Se trata de un desconocimiento en el reconocimiento de lo valioso.
Esa sensación vertiginosa de que la tragedia está por llegar, surge en los momentos de plenitud casi de manera impertinente.
Pausas que sumergen al sujeto en contemplaciones profundas y a veces paranoicas sobre lo que no es, pero cobra vida.
La ausencia de palabras impulsa al registro del malestar o a la busqueda silenciosa del mismo. 
¡Es que la felicidad tambien implica la renuncia de las certiumbres! (Y en ellas cree hasta el mas ateo). Pero lo razonable y lo coherente no aseguran lo verídico. Sino que confeccionan un guión que asegura una certeza que 'nos sirve' de sostén.
¿Acaso vivir implica soportar hasta morir?
Sentir, acerca al cuerpo a su lugar de origen, de donde nunca quiso salir y a donde siempre intenta volver por nuevos caminos. 
Pero los cuerpos anestesiados soportan, no se atreven a sentir. Porque sentir implica el movimiento y eso supone el riesgo de desaparecer mientras se vive. 
La muerte no llega por fuera de la vida, pero la vida no se siente si solo esperamos "a salvo", su final.