sábado, 14 de abril de 2018

Colores.

Las palabras que marcan permiten la escritura.
Mi letra retumba en tus oídos mientras tu mirada fría y distante duda de mi voz.
No puedes saber qué tanto soy mientras existo.
Quizás mi nombre se llene de valor cuando sea lo único de mí que exista en este mundo.
Sin embargo me atrevo a vivir el riesgo y el vacío de enfrentarme ante mis dudas (que quizás también sean las tuyas)
¿Podré quizás atravesar un alma en el intento?
Tus labios cambian de color para enmarcar una sonrisa.
Las luces de mi cuerpo erógeno se encienden y alumbran la sombra que hasta ahora proyectaba.
Quizás las palabras se han transformado en vida. Achicando los miedos y aclarando los sonidos.
No te atrevas a olvidar que mi existencia tuvo causa y que por ello hoy deseo hacer de este tiempo una pintura.
Mis colores son del viento, ese que mueve mi deseo haciéndome correr tras él.
Correré aunque me pierda hasta que escuche el último suspiro...
...El de mi cuerpo agradeciendo lo sentido.
...o el de tu boca cuando ya no recuerde mis besos.