jueves, 31 de agosto de 2017

Al-mas (+)

Las almas están habitadas por los cuerpos del poder...
Poder amar, poder sentir cuando las cosas se rompen y el silencio es el único que sabe hablar.
Poder es accionar sobre lo que puja por ser y nadie se atreve a abrirle un espacio.
La incertidumbre de elegir sin conocer lo que puede resultar, es el delirio de una vida en la que todos estamos sujetos. De momento, nuestra rebeldía se hace física en los actos del orden de la repetición, de "lo mismo", de lo que "ya ocurrió" pero resucita en los nuevos modos de manifestarse.
Tus chistes, mis olvidos.. esa palabra no dicha.. los golpes.. la película que no elegí, las canciones que detesto....
¿Cuanto podríamos decir de los residuos cotidianos?
Restos del ser que se filtran en un sistema de gestión y organización en donde no le da lugar a las risas descontracturadas o a las respiraciones profundas porque provocan miradas punitivas o con suerte, alguna sonrisa de satisfacción por contemplar la distinción en los conglomerados urbanos.

Dejamos de percibir almas, para remitirnos al-mas (+) del mundo del consumo. Una sombra hambrienta se ha apoderado de los seres. Esos mismos que venden sus almas por complacer al tótem del "tengo que...", "quiero mas", "no es suficiente".
Un monstruo perverso e infantil. Con la mirada en el ombligo y la facilidad para sujetar a los hombres que con prisa y sin reparo responden a la demanda. Presos todos de la ilusión de estar incluidos por decir el "Si" que este gran niño exige cuando a través de leyes de mercado nos habla pidiendo atención.
Volteamos la mirada y nos compadecemos ante las miserias escondidas detrás de lo que tomamos como "ofertas" que siempre son demandas para que sigamos alimentando a los que no tienen hambre, a los que quieren comer-nos.

Despertamos en las resistencias.
Pensar distinto no siempre es suficiente... Hace falta encontrarnos en donde acontece lo inesperado.