domingo, 30 de julio de 2017

Silencio insolente.

La época negra
De miradas sombrías,
Donde cada reseña
Eran palabras vacías.

Se transformó en la gloria
Con pausas absurdas,
De angustia notoria,
Y muchas preguntas.

Las utopías que anhelan
Mi vida perdida,
Rearman esquemas
De formas sin risas.

Tu alma se imbrinca en lo oscuro y caliente
Cuando sin mente, se oye mi fábula inerme

Es la vida que excita
Tu plácido ente,
¿se trata de logros?
¿O suerte inminente?

Vivir lo imposible,
Volviéndome gris,
O viento sublime
Que no tiene fin.

Los ojos que incitan
Complicidad en los actos
A oscuras terminan,
Rompiendo los pactos.

Creamos relatos, discursos y tratos
Donde el cuerpo no miente
Pero teme de a ratos.

El temblor, la caricia y las lágrimas
Se velan con baile, letras y ánimas .
¡No mientas, ni calles
Los versos que tramas!
¿Acaso conoces mis celos de almas?

Caes, ríes, mueres.
Eso sucede pensando el pasado.
El tiempo que crees
Jamás se ha inventado.

El silencio que anuncia
Verdades que marcan,
Sobre cada renuncia,
Lo cambios que faltan.

Te pierdes de a ratos
Cambiando las rutas
¿Será que no sientes mis caricias astutas?

No toques, ni manches
La sábana ajena
Sin dejarme que enchastre
Con arte tus penas.

Los cuerpos que crean,
Estaciones de grietas
Se miran y ríen
Por sus trampas secretas.

Una pregunta solemne
En la noche me asfixia
¿Podrás olvidar mi boca rebelde?
La respuesta no llega, me siento vacía
¡Al fin te encuentro, silencio insolente!