jueves, 30 de noviembre de 2017

Sin duelos, duele.

Los restos de amargura siempre quiebran la fascinación de los artistas con la que montan esa escena casi mítica que la masa aclama .
Artistas cotidianos que entre instituciones y lazos, circulan para hacer lo que creen que es el deber.
Cuantas deudas se acumulan en el tráfico de vida.
El dolor hace preguntas.  Difícil decidir si es un aviso para emprender una salida o solo es el inicio de un camino dentro del círculo en el que se corre sin parar.
Duele cuando caen los esbozos de deseo puestos en figuras tan prometedoras como lábiles en su decir.
La palabra tiene a veces un peso singular, quizás encadenada en el orden del tener/deber/cumplir.

¿Cargas por la culpa o culpas por cargar?

Dilemas que atraviesan las noches con amor.  Del que se encuentra a solas. Donde no hay  más remedio para el silencio que sincerarse.



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